Bailando

Su cuerpo es una fuerza y una verdad: su herencia.

Un cuerpo flaco, como una estatuilla de Giacometti viva.

Dice:

 

Ríndete a la Danza.

El arte se niega a que lo poseas.

Sólo puedes tocarlo fugazmente.

 

Como un vagabundo siempre curioso de la vida, sirve a la danza sin nombre, a los gestos heredados a lo largo de los siglos. El material y el movimiento se refinan, reutilizan y reciclan sin cesar. Una combinación de memoria y experiencia permite que el trabajo siga siendo nuevo y diverso, desarrollando esta mezcla entre improvisación y composición, entre forma y sin forma.

 

Todo esto se basa en creencias:

  • La creencia en la dinámica, los cambios y las intervenciones como tres formas de búsqueda.
  • La creencia en los elementos tierra, aire, fuego y agua.
  • La creencia en seguir a aquellos que mostraron un camino: los ancestros de la danza.

 

Pau Aran juega con estos extremos: opuestos en el espacio y tiempo que se mueven juntos y separados, unidos por una relación con el espacio en una espiral continua.

 

La danza es extrema, minimalista, pedestre, a veces pequeña y delicada.